mercoledì 10 settembre 2008

ni enara naiz


Estoy en equilibrio entre dos opciones.
Ser una golondrina que emigra en invierno y que deja atrás una tierra que ama pero que no consigue sentir suya. Eso significaría dejar aquí mucho y pronto, pero con la consciencia de que podré volver cuando quiera, y encontrar más o menos lo mismo, con alguna variación.
Irme en primavera, cómo las cosas parecen ir más lentas de lo que pensaba. ¿Pero acaso vivir no significa buscar alternativas cuando los planes cogen un camino distinto? Pues entonces igualmente me veo golondrina. Verona como posible escondite frío pero, si quiero, acogedor. Euskadi como meta para mis futuras primaveras.
Entonces será un volver, no un irme, y así casi le veo más sentido, aunque eso comporte más tiempo en un lugar que ya no me pertenece.
Puede que Bilbo sea mucho más bonita en primavera.
En cualquier caso, ni enara naiz.

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